¿Por qué duran tan poco las baterías de los móviles?

La batería de los teléfonos inteligentes apenas supera una jornada sin ser conectados a la electricidad. Es la queja más recurrente desde la llegada de los smartphones. Sus aplicaciones son cada vez más y más desarrolladas, sin embargo, la principal reclamación de los usuarios continúa sin solventarse.

En la actualidad, la batería se consume rápidamente por varias razones. La primera de ellas, la pantalla, cada vez más grande, con mayor resolución y más luminosa.  A continuación se encuentra el GPS, el cual es recomendable tener apagado cuando no se esté utilizando y, por último, la conexión a Internet.

Un smartphone moderno tiene una potencia equiparable a la de un PC con tres o cuatro años de antigüedad, con la diferencia de que pesa poco más de 100 gramos y cabe en un bolsillo.

Desde mediados de los 90, las baterías de iones de litio dominan el mercado. Poco a poco han aumentado su capacidad y reducido su tamaño para adaptarse a toda clase de dispositivos. Pero toda tecnología tiene un límite a partir del que no se puede mejorar más y, en el caso de ésta, cada vez está más cerca.

La diferencia entre la batería que emplea el más moderno de los teléfonos actuales y el terminal de hace unos años, el que incluía tapa, es apenas un 20% superior, cantidad ridícula si se atiende a todas las novedades que incluyen los teléfonos en la actualidad.

Algunas compañías apuntan a que la solución al problema de las baterías es su tamaño. Aumentando mínimamente su tamaño, la capacidad y las horas despierta de las mismas crecería. Así, con apenas dos milímetros más en un smartphone, la batería podría aumentar, en algunos casos, incluso un 40%.

Pero no todos los clientes están dispuestos a renunciar al diseño en favor de más horas de batería, sobre todo cuando la batalla por el diseño se acrecienta casi cada mes.

Software

La optimización de recursos también viene por parte del software. Los fabricantes y muchos programadores de aplicaciones dedican cada vez más esfuerzos a asegurar que sus programas trabajen con la menor exigencia de recursos posibles, lo que aumenta la duración de la batería.

No obstante, si las baterías siguen por este camino, pueden convertirse en un gran handicap para el desarrollo de los terminales.

Opciones de futuro

Ya se venden teléfonos y tabletas con posibilidad de usar redes móviles de cuarta generación, una tecnología que todavía no se ha implantado, pero que empezará a funcionar durante la segunda mitad de 2012. Este nuevo sistema ofrece más velocidad en los datos y mejor cobertura que el actual estándar, pero a costa de un mayor consumo de energía del terminal, por lo que no constituiría una solución al problema de la batería.

A pesar de la incertidumbre, aún no existe ninguna tecnología que parezca capacitada y con el desarrollo real necesario para sustituir a la tecnología del litio. Asimismo, aunque existen algunas hipótesis y algunos productos en mente, como el grafeno o las baterías de litio-aire, ninguno se perfila para alargar la vida de nuestras baterías a medio plazo.